Diario sobre escritura
Ésta es la tercera entrada de mi diario de escritor, hay tantos temas que no se por dónde empezar. No soy ningún experto, así que seguramente si me acompañas, te darás cuenta que no vamos a ir en línea recta. Seguramente vamos a dar tumbos, volveremos atrás porque me he olvidado cosas. O aceleraremos porque he aprendido algo nuevo que te quiero contar.
Aja, creo que ya tengo claro lo que te quiero contar hoy.
Una vez sabes, o crees saber, la razón por la que escribes; es importante que te pares a pensar que género es el que te llama más la atención. Saber cuál es, para ti, el tipo de historias que vale la pena contar. Cuanto más disfrutes imaginando y escribiendo tu universo, mejor será el resultado.
Para tener una idea más clara de lo que voy a escribir, yo me pregunto qué tipo de historias me gusta leer. O incluso cuales me gustaría vivir. Eso es lo que hice en su momento, pero como seguramente, tú también comprobarás, la respuesta no siempre es sencilla.
A veces la respuesta te puede venir de la manera más rápida. A mí me gusta escribir fantasía —te dirás—. Y seguramente disfrutarás mucho más la experiencia de crear un mundo de dragones y magos, en lugar de otro de dramas intimistas. Seguramente, como eres un humano y no una patata, la respuesta será más compleja. A todos nos gusta más de un sabor de helado, y por eso Dios inventó los conos con tres bolas.
A mí, particularmente lo que me gusta es coleccionar, así que he buscado siempre saciar mi ansía por completar cuantos más géneros mejor; como si se tratase de un estante lleno de mi propia colección de relatos. Aún está muy vacía, no olvidemos que estoy comenzando mi camino. Así que me pregunto, cómo puedo recomendar buscar aquello que vale la pena ser contado, si yo mismo no aplico tal concreción. Entonces me doy cuenta que por muy variado que sean mis gustos, algo tienen en común. Yo busco que mis escritos tengan siempre una serie de cosas, una vuelta de tuerca sobre el tipo de historias que ya se han contado antes, una idea que haga reflexionar al lector (o en realidad a mí mismo), un misterio que te lleva de la mano todo el trayecto y lo más importante, que todo lo que se cuenta esté conectado de alguna forma. Éstas son las cosas que debe tener un libro para que disfrute leyéndolo, éstas son las historias que creo merecen ser contadas. Y las que me encantaría escribir.
Quizás para ti sea la pasión, o el miedo, quizás la oposición de dos fuerzas destinadas a chocar (eso mola), tal vez sea tan simple como historias en las que salgan vampiros (espero que no sea tan simple). Sea como fuere, escribe algo que para ti valga la pena, si al resto le gusta, pues mejor; que no, no importa, tú te lo has pasado en grande, ¿verdad? Yo también.
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Cuanta razón, es que es así. Una vez leí que para emocionar al lector tienes que emocionarte tú al escribirlo y es cierto, yo ha habido textos con los que he llorado mientras los escribía y son los que mejor me han funcionado…
Un saludo!
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Gracias por tu comentario. Lo importante es hacer lo que a uno le alimenta el alma. En la escritura, como en la vida, es fundamental. Yo también admito que he logrado emocionarme con algunas escenas que he proyectado. Y oye, luego en el papel quedaron la mar de bien. No sé a ciencia cierta si el lector percibirá la misma sensación, pero allí he tratado que quede plasmada.
Muchas felicidades por tu blog, lo he estado repasando y me encanta.
Espero que sigas pasándote por aquí y que te sea de utilidad alguna de mis experiencias.
Saludos y nos seguimos leyendo.
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