Diario de escritor 12

Hace unos días se me presentaba el gran honor de ser premiado con uno de esos premios inventados que crecen como setas por la blogosfera. Lo digo, que quede claro, sin atisbo de sarcasmo en el tono. Ya que para ser premiado con uno de estos, debes estar en la mente de tus compañeros (al menos de uno). La mayoría de pretendidos premios de verdad son poco más que política y marketing. Tengo mis convicciones muy firmemente arraigadas y no pienso cambiarlas bajo ningún concepto…  (con la única salvedad de que me toque uno de esos grandes premios a mí.)

A lo que iba…

Uno de esos premios se lo ha sacado de la manga un colega, Sergio Mesa, y me ha hecho mucha gracia, pues solo plantea una pregunta. ¿Qué esperas de tu futuro como escritor? Los premios en cuestión son  los Hook Awards, promovidos por www.miesquinadelring.com (blog de relatos recomendable donde los haya, de ese tipo de relatos que lees y piensas, será cabrón, ¿comó no se me ha ocurrido a mí?).

Y bien, el futuro…

—¿Qué espero de mi futuro como escritor? —repito la pregunta de mi entrevistador con grata sorpresa—. Me gusta que me hagas esa pregunta… Sergio te llamabas, ¿verdad?

—Sí, Sergio —responde él.

—Bueno, te diré que lo principal que deseo de mi futuro es que haya uno. Me gustaría sin duda llegar a publicar un día, y que lo que sea que publique guste a un cierto número de gente.

—Uno es un cierto número de gente. ¿Con uno basta?

—Uno es más que ninguno, ¿no crees? Si llegas a una persona y esa persona te recuerda habrás conseguido algo en la vida, más allá de pasar por ella. Pero claro está que entre más gente, mejor. Y te voy a decir porque. No es una cuestión de ego. Vale, vale, el ego entra un poquito en la ecuación, todos tenemos uno. Pero es más que por eso.  Me gusta crear historias, es algo que me apasiona. Me pueden hacer una simple pregunta para una cadena  y yo en lugar de escribir un artículo normal y corriente, me voy por la tangente y lo convierto en un relato. Si algún día, publico, y si algún día me le gusta a mucha gente, podré pensar que lo que he creado valió realmente la pena, más allá de un ejercicio de pura autocomplacencia. No tendré esa sensación cuando estoy detrás del teclado, de estar perdiendo el tiempo, y con ello podría escribir más y mejor. Me gustaría valer la pena que mi futuro la valga.

—Eso está muy bien. ¿Y cómo pretendes conseguirlo?

—En primer lugar sin dejar de escribir. Cada día que no escribes pierdes un poco la carrera. Aunque no tenga tiempo, me comprometo a escribir al menos una palabra literaria al día.

—¿Palabra literaria?

—Sí, bueno, el whatsapp no cuenta. Quiero decir, al menos una palabra para mi web, novelas o relatos. —Pienso un momento en silencio—. A parte de eso tango algunos proyectos que no sé si me llevaran por buen camino, pero que me hacen mucha ilusión.

—Como cuáles —me pregunta Sergio con interés.

—Bueno, en primer lugar está uno al que llamo puntos suspensivos. Pero lo he dejado un poco en suspenso. Porque hay otro que me interesa mucho más. Se trata de un conjunto de relatos en el que intentaré que participen unos cuantos blogueros e intentaré que lo podamos publicar de una manera u otra.

—Suena interesante. Ya nos contarás más —dice Sergio con ánimo de terminar la conversación—. Por último, ¿tienes pensado a quién nominaras a los Hook Awards?

—En eso me has hecho una gran putada.

—¿Por qué?

—Has nominado a tanta gente que me voy a tener que pensar a quien pregunto yo por su futuro.

—Jaja. Bueno, pues allí te dejo pensando.  —Antes de marcharse se da la vuelta y se dirige a mí por última vez—. ¿Crees que valdrá la pena?

Pienso durante un instante y le sonrío.

—Aunque no llegue muy lejos, me habré divertido creando toda esa fantasía. Siempre puedo escribir una novela sobre alguien que logró triunfar. Entonces, aunque sea solo dentro de un cajón, ese universo habrá existido…

…Sí, valdrá la pena. Haremos que valga la pena.

¿Qué esperas tú de tu futuro?

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