Otros relatos del samurái errante…
Libro I:
1. Muerte bajo el sol naciente. 2. La suerte de Mazushi Haisha.
3. Duelo en el camino. 4. El llanto de Daigoro.
5. El murmullo de las rocas. 6. El cuento maldito.
Ahondamos en la historia detrás del mito a través del formato de articulo de investigación. La semana que viene tendremos más acción de la mano del samurái sin nombre.
Intermedio 1:
El mito escondido.
Artículo escrito para la revista Focus in the World por Aritz Sanchez de Luna.
Agradecimientos especiales a la revista por permitirme reproducir el articulo.
16 de Junio de 2010.
Ya han pasado 25 años, desde que, en los comienzos de esta revista, publicábamos un artículo sobre el descubrimiento de la tumba del hijo secreto de Oda Nobunaga. Una tumba que resultó estar vacía, y en la cual se había encontrado poco más que un pergamino con el fragmento de un poema, que hasta hace muy poco se creía dedicado al propio hijo de Oda, Ichiro. Nada más lejos de la realidad. Recientemente se encontró un almacén secreto en el Castillo Azuchi, orgullo de Nobunaga. En este rincón oculto se hallaron ciertos documentos que nos llevan a reescribir la historia, y a descubrir la existencia de un personaje que pudo ser una suerte de Robin Hood samurai en la segunda mitad del siglo XVI del Japón feudal. Un guerrero del que se desconoce si existió realmente o sólo fue una leyenda levantada por los pobres, para conservar el espíritu. Un personaje del que poco se sabe, y ni siquiera se conserva su nombre.
Antecedentes:
Antes de comenzar a desgranar los nuevos descubrimientos es importante recordar que es lo que se sabía hasta el momento, y poner al lector en situación, para entender este fantástico mito.
Hablamos de la época comprendida desde 1560 hasta 1590 según los historiadores, se cree que a finales del tan problemático periodo Sengoku. Durante este periodo Japón era gobernado por el Shogunato Ashikaga. Y durante este tiempo fue de gran relevancia la figura de Oda Nobunaga (en japonés el apellido precede al nombre). Fue un poderoso señor feudal que dominó Japón, de tal manera que inclusive estaba por encima del mismo shogun. Fue él el que destituyó al último gobernante de los Ashikaga, en su afán por unificar todos los territorios del país.
Japón 1985:
Se sabe que Nobunaga tuvo 5 hijos, pero según los descubrimientos de hace 25 años, además de estos se conoció la existencia de otro vástago oculto. Este hijo bastardo se llamó Oda Ichiro. Tomó el apellido de su padre aunque este nunca lo admitió.
Se descubrió en 1985, en un cementerio cercano al castillo Azuchi, una tumba perteneciente a Ichiro. Pero enterrada en ella, solo había el fragmento de un poema. Durante muchos años se especuló con la posibilidad de que fuese dedicado al propio Ichiro; al parecer no fue así.
Japón 2010:
El investigador Gudashi Takeo ha dedicado los últimos 20 años de su vida a descubrir más sobre el poema enterrado. Y es que si se hace caso de su contenido, se podía suponer que Ichiro se había convertido en un samurai que viajo por Japón en busca de algún tipo de venganza.
En el mes de enero de este mismo año, el grupo de investigación encuentra un
pasadizo secreto, bajo los cimientos de lo que fue el Castillo de Azuchi, que lleva a un almacén perdido. Dicho cubículo se encontró prácticamente vacío, salvo por una caja cubierta por una tela, que es objeto de la portada de la revista de este mes. El contenido de la caja eran algunos documentos que se cree estaban siendo preparados para su destrucción.
El manto muestra la figura de un samurai, del cual no conocemos su identidad. Sin embargo Gudashi se aventura a hacer especulaciones a partir de los datos encontrados en el cofre.
El camino del samurai sin nombre:
Me encuentro actualmente en la prefectura de Shiga, antigua provincia de Omi, Japón. Estoy a la espera del profesor Gudashi, quien me explicará sus hallazgos y lo que representan para la historia. El profesor llega un poco tarde, se disculpa por el tráfico. Su aspecto me recuerda al del maestro Miyagi, aunque un poco más alto. Se sienta junto a su traductor y comenzamos la entrevista.
Focus in the World: ¿Qué representa para los historiadores su último descubrimiento?
Prof. Gudashi: Es muy importante para nosotros, ya que reescribe lo que creímos saber sobre el hijo bastardo de Oda. Y al mismo tiempo abre un nuevo camino a investigar, que es la existencia de este samurai que al parecer fue enemigo de Ichiro.
FW: ¿Se sabe quien fue este samurai?
PG: Realmente no sabemos con certeza si existió. No conocemos su nombre, ni tampoco quedan datos sobre él, más que los encontrados en las cartas del cofre. Bien podría haber sido sólo una leyenda de los aldeanos.
FW: ¿Y porqué cree usted que si existió?
PG: Son poco más que especulaciones, según una de las cartas, escrita por Oda Nobunaga a sus hombres. Se prohibía totalmente a los aldeanos que se hablara sobre el samurai errante. De hecho creemos que el poema es la última copia de una canción popular, prohibida por Nobunaga.
FW: ¿Entonces que podría contarnos sobre el samurai a partir de los datos que se tienen?
PG: Según las cartas encontradas, el samurai sería una especia de justiciero de la época. Según la canción, llegamos a la conclusión que buscaba algún tipo de venganza.
FW: ¿Por qué Nobunaga ocultaría la existencia de este personaje?
PG: No era buena publicidad para él y sus planes. Tienes que pensar que sus historias le estaban dando ánimos al pueblo. Y eso para un señor de la guerra resulta peligroso.
FW: ¿Qué relación habrían tenido el samurai e Ichiro?
PG: Hay un documento donde se menciona a ambos. Y es una carta en la cual se especificaba la ubicación del Shogun. Según esto Ichiro habría usado tácticas de espionaje para hacerse con la información. Se menciona que un hombre misterioso lo ayudó mediante engaño y que posiblemente representara un peligro en el futuro. Creemos que el hombre misterioso era el samurai.
FW: Por tanto el samurai e Ichiro eran enemigos.
PG: Efectivamente. Si es que es el mismo individuo y si tenemos razón. Las cartas datadas con posterioridad nos indican que Ichiro hizo lo posible por deshacerse del samurai y del mito que estaba generando.
FW: ¿Y que fue de Ichiro? ¿Sabemos algo de su muerte o de porque el poema fue a parar a su tumba vacía?
PG: En absoluto, eso es un misterio para nosotros.
FW: ¿Es posible que Nobunaga, uno de los personajes históricos más importantes del Japón feudal, se hubiera cruzado alguna vez con el samurai?
PG: Sinceramente lo dudo. De ser así tendríamos algún tipo de vestigio de su existencia. Sólo sabemos que intentaron por todos los medios de borrar las huellas de su paso por el mundo.
FW: Y lo lograron.
PG: Hasta ahora así fue. Lo que sabemos no es suficiente para determinar si fue más que un cuento popular o un personaje histórico real.
FW: ¿Y que lo hace confiar tanto en que realmente vivió?
PG: Lo que me da esa esperanza es el poema entero. En él se habla de un arco que sostiene una flecha, marcando el camino que este debe seguir. Era una historia que me contaba mi abuela. Hablaba de que todos debemos ser como flechas llevados por un arco que nos guíe. El arco representa nuestro apoyo. Una razón para seguir adelante. Nuestro destino y nuestras promesas. Las personas que queremos y por las cuales daríamos la vida. Sería precioso que en este mundo haya vivido un hombre que se regía por esos ideales. Yo quiero creer en ello.
FW: Es algo muy profundo. Pero podría ser solo un cuento, que por casualidad evolucionó de ese poema que prohibieron hace tantos siglos.
PG:Entre la documentación se encontró una nota firmada por un tal Kuro Ken. No ponía para quien iba dirigida. Solo decía así: “Ichiro Oda te quiere muerto. Yo en cambio te quiero vivo. Sigue viviendo un día más, mi querido guerrero. Te saluda, Kuro Ken.” No sabemos quien es Kuro Ken, no estamos seguros de a quien estaba dirigida la nota. Pero acabo de regresar de un pequeño viaje al lago de Okutama. Razón por la cual he llegado tarde.
FW: ¿Qué encontró allí?
PG: Hay una casita en el bosque que pertenece a una anciana. Ella me llevó a un rincón del bosque donde se conserva una lapida. Su familia ha cuidado aquel lugar durante generaciones, me dijo que lo único que sabe es que perteneció a una mujer a la cual se le hizo una promesa.
FW: ¿Se puede saber quien esta enterrada allí?
PG:No lo creo, la piedra se ha desgastado y ya no conserva el nombre. Lo que si puede verse es un gravado muy claro en la roca. Un arco cruzado por una flecha.
Me despido del Profesor con una sensación de desconcierto. Seguirán con sus investigaciones, pero dice que poco más podrán revelar. Solo una tumba, unas cartas, un poema y un manto pintado. Todo lo que queda de una figura que podría recordarse hasta el fin de los tiempos. ¿Por qué no conocemos su nombre? ¿Acaso lo ocultó él mismo? ¿Existió acaso o fue un cuento que animaba a los hombres a luchar por un mundo mejor? Son preguntas que quizás nunca responderemos. El profesor las seguirá buscando, quizás en 25 años más conozcamos sus respuestas.
Yo regreso a Londres sin dejar de pensar en el poema. Lo leo una y otra vez y busco en mi mente mi objetivo, mi destino, lo que guía mis pasos, mi camino, mi arco. Tengo que reflexionar sobre mi vida y si soy una persona que se merezca ser recordada. A diferencia del samurai, es verdad que yo tengo un nombre; pero me falta un arco. Buscaré uno y aprenderé a usarlo.
En el lago de Okutama hay una anciana que cuida de una lapida, sus hijos seguirán haciéndolo cuando ella ya no esté.
Escrito por: Luis A. R. Selgas.
Continua en el Libro II: El poema.
Te agradezco enormemente el tiempo que te has dejado aquí para leerme, y si crees que ha valido la pena incluso te lo agradezco un poquito más.
Un comentario en “Intermedio: El mito escondido.”